Los ordenanzas y conserjes desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento diario de los centros y dependencias de la administración pública. Aunque sus tareas pueden variar según el organismo y el entorno (centros educativos, ayuntamientos, edificios administrativos, etc.), sus funciones se agrupan en torno al mantenimiento del orden, la atención al público, la vigilancia básica y el apoyo logístico. A continuación, se detallan sus funciones principales:

 

1. Control de accesos y vigilancia básica

Una de las tareas más importantes del personal subalterno es controlar la entrada y salida de personas en los edificios públicos. Esto incluye:

  • Vigilar que sólo accedan personas autorizadas.

  • Controlar llaves y accesos a dependencias restringidas.

  • Comprobar que las puertas, ventanas y luces estén cerradas al finalizar la jornada.

  • Dar aviso a los servicios de seguridad o mantenimiento en caso de incidencias.

  • Supervisar cámaras de seguridad o registros de visitas cuando se le encomiende.

Esta función es clave para garantizar la seguridad del personal y del público.

 

2. Atención al público y labores de información

Los conserjes y ordenanzas suelen ser el primer punto de contacto para los ciudadanos. Por ello, realizan funciones como:

  • Atender e informar al público sobre la ubicación de oficinas o personal.

  • Recepcionar documentos o entregarlos.

  • Atender llamadas telefónicas o redirigirlas al personal correspondiente.

  • Asistir a personas mayores o con movilidad reducida en sus gestiones dentro del edificio.

Su papel es crucial en la imagen de la institución y en la calidad del servicio de atención al ciudadano.

 

3. Apoyo al personal administrativo y técnico

El personal subalterno colabora con otros trabajadores de la administración en tareas auxiliares:

  • Reparto interno de correspondencia, documentos o material.

  • Apoyo en la organización de salas de reuniones o actos públicos.

  • Colocación de carteles informativos, documentación o material didáctico.

  • Preparación de material para jornadas o cursos organizados en el centro.

Son el engranaje que mantiene la operativa diaria de las instituciones.

 

4. Mantenimiento básico y orden general

Sin sustituir al personal especializado, los conserjes pueden realizar tareas de mantenimiento muy básico:

  • Sustitución de bombillas o elementos menores.

  • Control de climatización y apertura/cierre de instalaciones.

  • Supervisión del estado de limpieza y funcionamiento de las instalaciones.

  • Colaboración en pequeños arreglos o en la gestión de incidencias a los servicios técnicos.

️ Su labor preventiva evita averías mayores y mejora el entorno laboral.

 

5. Custodia y transporte de documentación

  • Llevar y recoger documentación oficial a otras dependencias.

  • Asegurar que los documentos estén debidamente protegidos.

  • Velar por la confidencialidad cuando sea necesario.

  • Realizar pequeñas gestiones fuera del centro si lo autoriza la jefatura.

Garantizar la seguridad documental también es parte de sus competencias.

 

6. Apoyo en centros educativos (si aplica)

En colegios e institutos, los ordenanzas y conserjes también pueden:

  • Supervisar la entrada y salida del alumnado.

  • Controlar el acceso de padres y visitantes.

  • Apoyar en la organización de eventos escolares.

  • Atender llamadas y comunicaciones con las familias.

  • Colaborar con el equipo directivo y docente en tareas logísticas.

  • Acompañar a alumnado en desplazamientos dentro del centro si se requiere.

‍ Su presencia diaria mejora la convivencia escolar y el entorno educativo.

 

Formación y habilidades recomendadas

Aunque no siempre se requiere una formación académica avanzada, para desempeñar bien estas funciones se valoran:

  • Habilidades comunicativas y trato amable.

  • Responsabilidad y discreción.

  • Capacidad de organización y resolución de incidencias.

  • Conocimientos básicos en mantenimiento y ofimática.

  • Disponibilidad para tareas polivalentes.

Cada vez más convocatorias incluyen pruebas de habilidades prácticas y test psicotécnicos.

 

Conclusión

La figura del ordenanza o conserje es esencial para el funcionamiento eficiente y seguro de cualquier institución pública. Su labor, muchas veces silenciosa, permite que el resto del personal pueda desempeñar su trabajo en condiciones óptimas. A través de tareas de vigilancia, atención al público, apoyo administrativo y mantenimiento básico, estos profesionales contribuyen de manera significativa a la calidad del servicio público.

Además, su versatilidad, capacidad de respuesta ante incidencias y cercanía con los usuarios hacen que sean una figura clave para el buen ambiente en cualquier dependencia pública. Reconocer su labor es valorar la base que sostiene el día a día de la administración.